El ser humano ha recurrido, a lo largo de la historia,
a todo tipo de métodos y productos para conseguir una piel más suave y más
fina.
Conscientes de esta necesidad los laboratorios de
cosmética han centrado su investigación en conseguir productos corporales más
efectivos y confortables para limpiar y tonificar el cuerpo.
El resultado han sido las cremas y geles exfoliantes,
que están a tanta distancia del primitivo método de frotamiento con piedra
pómez como puede estarlo un computador de un ábaco.
LA PIEL DEL CUERPO
Los fenómenos que determinan los procesos de deterioro
y envejecimiento de las células cutáneas, en las zonas menos expuestas a la
acción de los agentes externos, se manifiestan en alteraciones de la estructura
de la piel, que son fundamentalmente distintas a las que se verifican en las
zonas cutáneas más expuestas como, por ejemplo, las zonas del rostro y cuello.
La piel del cuerpo sufre un proceso de envejecimiento
totalmente distinto, no llega a arrugarse pero sí a tener menos elasticidad, se
aja y pierde plasticidad, tiende progresivamente a relajarse haciéndose menos
lisa y suave y, con el paso del tiempo, aparecen zonas de híper-pigmentación
superficial en forma de manchas.
En las pieles más jóvenes la constante regeneración
celular produce descamación y sequedad que se acumula sobre la piel y es
necesario eliminar.
LA EXFOLIACIÓN
La exfoliación es un fenómeno de regeneración celular
totalmente natural. A cada instante, la dermis produce células nuevas, piel
nueva. Se regenera asegurando su renovación permanente. También están
permanentemente muriendo las células que han envejecido y se eliminan
naturalmente, quedando depositadas junto a las impurezas, sobre la epidermis.
Estas células producen descamación y si no se eliminan impiden la buena
regeneración de la epidermis y la penetración de los productos que se puedan
aplicar sobre la piel.
La exfoliación es simplemente una limpieza profunda
que se realiza con suavidad y que proporciona con múltiples beneficios. Por una
parte convierte la limpieza corporal en un auténtico tratamiento cosmético; por
otra, realiza esta limpieza corporal en profundidad; al aplicar los productos
exfoliantes mediante un ligero masaje se previene el envejecimiento cutáneo
activando la circulación; desintoxica naturalmente la epidermis estimulando los
diferentes procesos de eliminación de las células muertas y otras impurezas. Al
eliminar la capa de células muertas e impurezas depositadas sobre la piel
también permite una mejor oxigenación de las células y proporciona
inmediatamente una piel suave y transparente.
PRODUCTOS EXFOLIANTES
Se presentan en forma de gel o crema y contienen
diminutos gránulos exfoliantes de distintos tamaños que, al aplicarlos sobre la
piel húmeda facilitan su limpieza , eliminan las células muertas, liman las
rugosidades y revitalizan la piel. Todos ellos llevan elementos emolientes y
suavizantes como el aceite de semillas, que proporcionan un auténtico confort a
la piel. Se aplican practicando un suave masaje, en el vientre, las caderas y
las nalgas, y con en las extremidades, prestando especial atención a las zonas
más secas y ásperas. Bajo la acción de este masaje, la textura se trasforma
rápidamente permitiendo la salida de todos los principios activos que contienen
los gránulos.
Es conveniente aplicarlo sobre la piel húmeda ya que
en ella se deslizan mucho mejor de los productos que emulsionan con el agua
formando una "leche" suave capaz de arrastrar todas las impurezas
tanto las hidrosolubles y liposolubles ya que la mayoría de los exfoliantes
están mezclados con sustancias jabonosas para que puedan aplicarse durante la
ducha o el baño, ya que se eliminan con agua pero no hay que confundirlos
con los geles de baño, ni intentar sustituir a estos para una mejor limpieza.
Los exfoliantes sólo deben usarse una o dos veces por semana, dependiendo
del tipo de piel, seca o grasa, ya que tienen un alto poder abrasivo.
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